Trigo: El panorama de siembra en la zona núcleo tras las lluvias

 Trigo: El panorama de siembra en la zona núcleo tras las lluvias

Tras las intensas lluvias que se produjeron del 23 al 29 de mayo, la situación en la zona núcleo ha experimentado cambios significativos en cuanto a la siembra de trigo. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), casi la mitad este del área núcleo ahora cuenta con una recarga de agua útil en el suelo del 50% o más. Estos acumulados pluviales permiten considerar la inclusión de nuevos lotes en la intención triguera en la franja este. Sin embargo, en el oeste las lluvias fueron prácticamente inexistentes, lo que presenta un escenario desafiante para los productores de esa región.

Condiciones climáticas divergentes generan variaciones en la siembra de trigo

A principios de mayo, la falta de agua llevaba a proyectar una disminución del 50% en la siembra en comparación con el ciclo anterior. Sin embargo, gracias a las lluvias en el este, la caída estimada se ha reducido al 30%, lo que coloca la superficie de siembra por debajo del millón de hectáreas, específicamente en 910.000 ha. De materializarse, esta sería la menor siembra de los últimos 7 años.

En cuanto al escenario de siembra en la zona núcleo, se observan dos realidades bien diferenciadas, al igual que en la región pampeana. En el este de la zona núcleo, por primera vez en más de doce meses, se ha alcanzado el estado óptimo de las reservas de agua en el suelo, considerando el primer metro de profundidad. Por el contrario, en el oeste faltan 80 mm para alcanzar las condiciones adecuadas.

Los registros mensuales en el sudeste de Santa Fe y el noreste bonaerense han duplicado e incluso cuadruplicado los valores normales estadísticos. En ciudades como Rosario, se acumularon 207 mm en mayo, mientras que Irigoyen recibió 171 mm, Pergamino 160 mm y Lincoln 140 mm.

En cambio, en el sudeste de Córdoba, los acumulados mensuales no han alcanzado los valores estadísticos deseados. Bell Ville registró 22 mm, Canals 14,5 mm y Hernando apenas acumuló 1,5 mm durante todo el mes.

El escenario para el trigo en la región pampeana se divide en dos debido a las últimas dos semanas de lluvias. En la franja oeste, las secuelas de la sequía aún persisten, ya que las precipitaciones han sido prácticamente inexistentes. Tanto en Córdoba como en La Pampa, los acumulados mensuales no han alcanzado los valores estadísticos, lo que representa un alto riesgo para las siembras de trigo en esas áreas.

Ante la posibilidad de un cambio positivo en las condiciones climáticas para el oeste, Elorriaga, experto en el tema, explica que se acerca el periodo del año en el que los vientos del sudoeste impulsan el ingreso de aire frío y seco, lo que tiende a condiciones más típicas del semestre frío. A medida que disminuye el ingreso de aire cálido y húmedo, se reduce el potencial de lluvia. Sin embargo, en un contexto de neutralidad global y con dependencia de los mecanismos regionales, existe la posibilidad de que se produzcan eventos atípicos, similares al de finales de mayo, que podrían compensar la escasez actual de agua en el oeste.

En las localidades de la región núcleo donde las lluvias fueron más abundantes, se ha despertado un entusiasmo renovado por el trigo. Sin embargo, los productores también son conscientes de las limitaciones y están cautelosos. En Rosario, luego de recibir 140 mm de precipitación, afirman que ha habido un cambio en la actitud de todos, ya que todos quieren sembrar trigo. No obstante, reconocen que deben ajustarse a la realidad y no excederse en sus capacidades. El tiempo para sembrar las variedades disponibles es hasta mediados de junio, por lo que esperan que no llueva para evitar retrasos debido al barro. En cuanto al paquete tecnológico, la estrategia es no fertilizar en exceso y aprovechar la fertilidad remanente dejada por la sequía. En caso de que el cultivo progrese bien y se logren precios y financiamientos adecuados, se consideraría una fertilización adicional. El objetivo es producir alrededor de 30 quintales por hectárea, lejos de los 40 a 50 quintales de años anteriores.

En Bigand, donde se acumularon 138 mm, también ha aumentado el entusiasmo y las consultas sobre la siembra de trigo. Se estima un aumento del 40% en la superficie en comparación con la campaña anterior, teniendo en cuenta la disminución drástica del área el año pasado debido a la falta de agua. En San Pedro y Baradero, coinciden en que es muy probable que destinen gran parte de la superficie que generalmente se utiliza para el cultivo de arvejas al cereal de invierno.

Sin embargo, en las áreas donde las precipitaciones fueron escasas, la situación y los ánimos son muy diferentes, lo que se refleja en una importante caída en la intención de siembra. En Carlos Pellegrini (Santa Fe), a pesar de acumular alrededor de 80 milímetros en mayo, el volumen sigue siendo insuficiente para reponer el perfil hídrico. Allí, se estima una disminución del 50% en la superficie destinada al trigo. En Marcos Juárez (Córdoba), se espera una reducción del 40%, y en los alrededores de General Villegas, donde solo se registraron 28 milímetros durante el mes, se prevé que la siembra sea la mitad de lo que fue el año anterior.

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