La incertidumbre sobre un nuevo impuesto a la importación paraliza la venta de insumos para el sector agropecuario
Se rumorea la implementación de un impuesto del 30% sobre la importación de agroquímicos y fertilizantes, así como la suspensión de los derechos de exportación durante 180 días.
La propagación de rumores acerca de la posible imposición de un nuevo impuesto del 30% a la importación de insumos para el sector agropecuario ha provocado una virtual parálisis en la oferta de productos por parte de las principales empresas proveedoras de fertilizantes y agroquímicos, según diversas fuentes del sector productivo.
Desde el miércoles, circula la versión de que se implementará un nuevo impuesto que incrementaría los costos de importación. Posteriormente, se agregó la posibilidad de una reducción en los derechos de exportación para el sector agropecuario durante 180 días. Aunque hasta el momento ninguno de estos datos ha sido confirmado oficialmente, las principales compañías se han retirado del mercado.
“Nuestros proveedores de fertilizantes han dejado de realizar ventas, lo cual ha generado una falta de precios de reposición. Por lo tanto, estamos llevando a cabo negocios puntuales con clientes que tienen necesidades específicas”, explicó un vendedor de insumos aclarando la situación a Clarín.
El martes, el Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, reconoció que el Gobierno nacional está considerando un cambio en el esquema de retenciones luego de una reunión con Sergio Massa, Ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria. La escasez prolongada de dólares en el Banco Central, agravada por la reducción de la cosecha 2022/23 debido a la sequía, estimada en 20.000 millones de dólares, ha generado este contexto.
“No tenemos ningún inconveniente en evaluar un esquema que fomente la producción, ya que lo que necesitamos es aumentar nuestra producción. El objetivo de la Secretaría es producir alimentos tanto para los argentinos como para el mundo. Personalmente, no tengo problema en reconsiderar las retenciones”, afirmó Bahillo al ser consultado sobre la posibilidad de modificar los derechos de exportación.
Sin embargo, el funcionario enfatizó: “Debemos llevar a cabo esta tarea con mucha prudencia y responsabilidad, ya que no podemos afectar los ingresos del Estado”.
Otra perspectiva relacionada con los rumores sugiere que la decisión está respaldada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Julie Kozack, portavoz del organismo en las negociaciones con Argentina, declaró: “El personal del FMI y las autoridades argentinas continuarán trabajando juntos en los próximos días, con el objetivo de llegar a un acuerdo en la quinta revisión del programa respaldado por el Fondo. Las discusiones técnicas se centran en un conjunto de políticas para garantizar la estabilidad económica en un contexto desafiante, afectado en parte por la sequía histórica. Las conversaciones están enfocadas en fortalecer las políticas macroeconómicas para aumentar las reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal, al tiempo que se protege a los sectores más vulnerables”.
Uno de los supuestos manejados por los productores es que el Gobierno busca adelantar el ingreso de divisas, considerando que la venta de insumos para la próxima siembra, respaldada por la llegada de las lluvias y el fin de la sequía, resulta más prometedora que las ventas restantes de la cosecha 2022/23. “Quizás no hay tanto para liquidar y todo por sembrar. Y lo que queda por liquidar pretenden acelerarlo para obtener divisas”, analizó un productor consultado.
“También puede ser que busquen decir ‘hemos reducido las retenciones’, lo cual sería un buen eslogan de campaña, aunque lo harían justo en el momento del año en que las ventas son más bajas”, agregó otro productor.
Y un tercero expresó: “Las retenciones son un anticipo de impuestos; lo cobran ahora y dejan sin fondos al próximo gobierno. Cuando venza el impuesto a las ganancias en 2023, no habrá mucho para cobrar y, para junio de 2024, los dejará sin recursos. En resumen, esto es ideal para el gobierno actual y muy perjudicial para el próximo. Parece que Massa tiene confianza, aunque no tanta”.
Además, un operador del mercado afirma que aún queda una cantidad considerable de soja y maíz por vender. Según los datos proporcionados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hasta el momento se han comercializado 14,27 millones de toneladas de maíz y 10,43 millones de toneladas de soja, en comparación con las 21 millones de toneladas de maíz y 32 millones de toneladas de soja producidas durante la campaña 2022/23. En otras palabras, aproximadamente la mitad de la cosecha gruesa aún debe ser comercializada.
Fuente: Clarin