El panorama del agro: rentabilidad de las empresas y desafíos futuros
Luego de la sequía, el productor que planifica un “fondo de contingencia” con los excedentes de años positivos, queda mejor preparado para la campaña 23/24
La sequía ha provocado una dramática caída en los rendimientos en la zona agrícola núcleo.
La campaña 2022/23 ha sido especialmente compleja para el sector agropecuario argentino debido a la sequía y las heladas, que han afectado a una gran cantidad de productores.
Por eso comprendemos la importancia de medir y gestionar para mejorar en momentos de crisis. Por ello, nos hemos propuesto responder a preguntas fundamentales: ¿Cuál es el daño económico exacto dejado por la campaña 22-23? ¿Cómo afrontar la campaña 23-24?
Ganadería
La campaña 22-23 no favoreció al negocio de la cría. El precio en dólares del ternero se derrumbó, alcanzando su nivel más bajo en los últimos diez años en comparación con precios históricos. Muchas empresas en distintas zonas de Córdoba y Santa Fe registraron pérdidas en esta unidad de negocio.
En cambio, la recría y el engorde presentaron resultados positivos en los últimos meses de la campaña, siendo la recría a pasto una opción menos riesgosa que un planteo agrícola en el mismo ambiente.
En el actual contexto de precios bajos, la oportunidad para este negocio radica en la compra de hacienda. Aquellos productores con recursos económicos y forrajeros pueden marcar la diferencia.
Lechería
En la campaña 22-23, el tambo se destacó como uno de los mejores negocios del sector agropecuario argentino. En los distintos establecimientos que controlamos mensualmente, no hemos registrado márgenes negativos durante la última campaña. El valor en dólares de la leche se mantuvo por encima de los valores históricos, lo cual favoreció este negocio.
Es importante mencionar que la lechería cuenta con un mercado transparente de precios gracias al SIGLeA (Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina). Las empresas tamberas que acompañamos han percibido un precio que ronda entre un 4% y un 5% por encima del precio de referencia del sector, lo que demuestra la rentabilidad en aquellos tambos que tienen parámetros productivos eficientes, a pesar del aumento de costos acelerado por la sequía y la inflación.
Agricultura
Exceptuando zonas puntuales, la campaña 22-23 ha sido sumamente compleja para la agricultura. Los rendimientos han estado muy por debajo de los promedios de años anteriores, especialmente en áreas como el sur de Santa Fe, Córdoba y centro-norte de Buenos Aires, donde las heladas provocaron pérdidas totales antes de la cosecha.
La producción de soja y maíz se vio fuertemente afectada por heladas tempranas en el mes de febrero. Aquellos productores que tenían soja de la campaña 21-22 lograron obtener algún beneficio con el “dólar soja”. Sin embargo, la producción de la campaña 22-23 arrojó malos resultados, siendo preocupante que algunos productores no hayan podido siquiera cubrir los costos de arrendamiento con la producción.
Invitamos a los productores agrícolas a realizar un análisis patrimonial, medir el daño y, sobre todo, compararlo con la variación de activos, pasivos y patrimonio neto de las últimas campañas.
Sin lugar a dudas, la última campaña nos dejó valiosos aprendizajes que esperamos muchos productores puedan capitalizar para afrontar lo que viene. Entre ellos destacamos:
- Esperar lo mejor, preparados para lo peor: el productor que planifica un “fondo de contingencia” con los excedentes de años positivos está mejor preparado para afrontar la campaña 23-24. Aquellos que no lo hicieron, enfrentarán una campaña compleja debido a que los márgenes proyectados para la campaña 23-24 no son tan atractivos como en años anteriores.
- La diversificación geográfica es fundamental: existen zonas donde la agricultura dio números positivos. Los productores que busquen protegerse de las inclemencias del clima deberán considerar la diversificación de sus negocios en diversas latitudes. La planificación a nivel interno es clave.
- La diversificación productiva: aquellos empresarios agropecuarios que diversificaron sus actividades obtuvieron resultados más favorables que quienes se centraron exclusivamente en la agricultura.
Nuestro compromiso es seguir trabajando para transformar a los productores agropecuarios en gerentes de empresas agropecuarias. Hasta la próxima.
Fuentes: La Nacion